En Villa Urquiza , su barrio y en todos lados lo siguen extrañando a Luis Alberto Spinetta (1950-2012) .Aqui Ciudad lo homenajea en esta nota.
Luis Alberto Spinetta, conocido como «El Flaco», fue uno de los músicos más influyentes y queridos de Argentina, reconocido por su creatividad, poesía y estilo musical único. Nació el 23 de enero de 1950 en Buenos Aires, Argentina, y desde temprana edad mostró un talento excepcional para la música y la composición.
Spinetta fue una figura central en el desarrollo del rock argentino, comenzando su carrera a fines de la década de 1960 con bandas como Almendra, una de las pioneras del género en Argentina. Su estilo musical se caracterizaba por la fusión de rock psicodélico, poesía surrealista y melodías complejas, creando un sonido distintivo que lo diferenciaba de sus contemporáneos.A lo largo de su carrera, Spinetta fundó y lideró varias bandas emblemáticas, incluyendo Pescado Rabioso, Invisible y Spinetta Jade, cada una con su propio enfoque musical y lírico. Su capacidad para combinar letras introspectivas y sofisticadas con composiciones musicales innovadoras lo convirtió en una figura reverenciada dentro y fuera de Argentina.
Sus canciones abordaban temas profundos como el amor, la espiritualidad y la identidad, influenciadas por la literatura, la filosofía y la cultura popular. Algunas de sus canciones más icónicas incluyen «Muchacha (Ojos de papel)», «Los libros de la buena memoria», «La bengala perdida», entre muchas otras, que siguen siendo escuchadas y admiradas por generaciones de seguidores.
En cuanto a su vida personal, Spinetta estuvo casado con Patricia Salazar, con quien tuvo cuatro hijos: Dante, Valentino, Catarina y Vera. La familia Spinetta ha seguido el legado musical de Luis Alberto, destacándose en la música y el arte, continuando su influencia en la escena cultural argentina.
Luis Alberto Spinetta falleció el 8 de febrero de 2012 a causa de un cáncer de pulmón, dejando un legado musical que sigue siendo celebrado y estudiado. Su capacidad para explorar lo emocional y lo espiritual a través de la música lo convierte en una figura inmortal del rock argentino, cuyo impacto continúa resonando en la música contemporánea y en las generaciones futuras de artistas.





